El poder adquisitivo y cómo nuestro dinero se ve afectado por la inflación

Autora: Isabel
Fecha de publicación: 13 de marzo de 2019

Riqueza

Isabel

Desde que el dinero, ya sea en formato de monedas y billetes o simplemente virtual, se convirtió en la forma de pagar los bienes, el poder adquisitivo siempre ha dependido del mismo, de las posibilidades que tenemos a la hora de manejar nuestro presupuesto. Y es que el dinero es la manera, pero en cada país hay una moneda distinta y eso hace que haya diferencias entre lo que gana un español y un norteamericano, por ejemplo. Y  no solo por su sueldo o por su trabajo, sino también por la diferente situación en ambos países, que hace que el poder adquisitivo de uno y otro varíe según las circunstancias.

El poder adquisitivo podría definirse como la capacidad que tiene una persona para satisfacer sus necesidades materiales, a través de sus recursos económicos. Es decir, el presupuesto con el que cualquiera debe pagar las facturas, el alquiler y todos los gastos, gracias normalmente a sus ingresos. Pero eso es muy relativo, porque una persona puede ganar 20.000 euros al año y le darán para vivir bastante bien en una ciudad pequeña de España, pero no para poder subsistir en Londres o París, por ejemplo, que son ciudades mucho más caras. El poder adquisitivo no solo tiene que ver con el dinero que una persona posee, sino también con la situación en la que esa persona está.

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Una forma de conocer el nivel económico de las personas

Siempre se ha considerado que el poder adquisitivo es una de las mejores fórmulas para saber el nivel económico de una persona. Y no hablamos solo de que gane más o menos o tenga mayores ingresos, sino de que pueda hacer frente a mayores gastos también, de que pueda vivir por encima de la media pagando todo lo necesario y además permitiéndose ciertos lujos y caprichos. Una persona con alto poder adquisitivo es aquella que puede comprar ropa cara, pagarse vacaciones lujosas en hoteles de cinco estrellas y pagar coches caros, mientras que el resto debe conformarse con cosas menos lujosas. Pero el nivel económico de esa persona en un país puede ser el de otra persona normal y corriente, con un poder adquisitivo mucho menor, en un país más caro.

¿Cuál es su relación con la inflación?

La inflación puede definirse como la subida anual de precios en bienes y servicios. Los precios van cambiando y normalmente siempre van al alza, aunque no mucho más del 5 o el 10% en una diferencia anual. Si los precios suben, pero los ingresos de una persona se mantienen, esa inflación estará haciendo perder poder adquisitivo a esa persona, puesto que ahora tiene que pagar más con el mismo presupuesto. Cuando los salarios no se ajustan a la inflación, cuando las pensiones se recalculan por debajo de ella, se dice que se ha perdido poder adquisitivo porque al final los precios están subiendo por encima de lo que suben los ingresos normales de la población.

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Efectos de la inflación en el poder de una moneda

De la misma forma, una inflación excesiva puede conllevar también una depreciación de la moneda, algo muy ligado a lo anterior. Si tu moneda ahora vale menos, tu poder adquisitivo es menor. Esto se entiende, claro, comparando diferentes divisas de distintos países, normalmente por su cambio. La depreciación de la moneda es algo relativamente indeseado en economía, aunque puede ser también una forma de llamar la atención a inversores que busquen sitios rentables donde poner su dinero. La inflación contenida es un buen síntoma de crecimiento total de la economía, pero debe ir acompañado de otros muchos, para que el poder adquisitivo de la población no se reduzca. Eso es lo verdaderamente importante, y lo que muchas veces se pierde.

Invertir: una manera eficaz para mantener el poder adquisitivo de tu dinero

La inversión siempre ha sido una de las mejores formas para rentabilizar nuestros ingresos, porque además, muchos planes de este tipo sí que tienen en cuenta la subida de los precios y la inflación. Por eso, nuestro dinero nunca perderá valor cuando lo tengamos invertido, porque además siempre estará generando algún beneficio que servirá, como poco, para igualar la inflación que se ha producido en ese tiempo. Y no hablamos solo de invertir en fondos, sino también en bienes, como casas o coches. Esas inversiones pueden salirnos realmente rentables si sabemos donde poner nuestro dinero en el momento justo para obtener los beneficios necesarios. Así la inflación no nos afectará tanto y nuestro poder adquisitivo se mantendrá, o con suerte, incluso mejorará.

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